Bueno…realmente llevamos ya mes y medio con la alimentación complementaria (AC), lo que pasa que hasta ahora no me siento a escribir sobre mi experiencia.
Empezamos en torno a los 6 meses, ya que veíamos que Valeria ya estaba preparada. Se mantenía sentada sin ayuda, mostraba interés por la comida y había perdido el reflejo de extrusión. Sin duda es un momento de inflexión muy importante en el que se inician grandes cambios, que he afrontado con mucha ilusión, pero también, no os lo voy a negar, llena de miedos y dudas! He comprobado que al final todo es más fácil de lo que pensaba, pero los cambios, en sus inicios, asustan un poco. Sobre todo cuando la información que hay es contradictoria, hay varias corrientes y opiniones. Unos te dicen una cosa, el pediatra te dice otra…y llega un punto en el que no sabes que hacer para manejar toda la información disponible.
Como os conté en este post “Revisión de los 6m” uno de los temas que tratamos en la consulta con el pediatra fue la alimentación complementaria, que nos dio la típica hoja de recomendaciones. Además he estado leyendo mucho sobre este tema en los últimos meses. Ya os hablaré en otro post cuales han sido mis libros imprescindibles y otros recursos que hay por ahí muy interesantes. Con todo el patiburriño de datos, información, lecturas, opiniones… lo que he hecho es coger un poquito de aquí y de allá, todo mezclado con nuestras circunstancias y con las propias características de mi bebé… y así hemos tomado la decisión de cómo llevar la AC.
Cuando llegaron los 4 meses de Valeria, empezaron las presiones por introducir los cereales y la fruta. Sin embargo, las últimas recomendaciones de organismos como la OMS o la Asociación Española de pediatría apuntan que hay que mantener la lactancia exclusiva hasta los 6 meses puesto que las necesidades nutricionales de los bebés estaban más que cubiertas con ella. En esta edad, su sistema digestivo e inmunitario no está aún lo suficiente maduro como para introducir ningún otro alimento. Pero claro, por otro lado todo el mundo suele empezar a los 4 meses a introducir frutas y cereales, los pediatras también te lo recomiendan, ves productos para bebes “a partir de 4 meses”… y llega un punto en el que no sabes a qué o quién hacer caso. Tal era mi cacao que escribí este post
sobre todo esto.
A duras penas y dudando a cada rato por todo lo que me decían, logramos llegar a los 6 meses solo con leche como base de la dieta. Con la perspectiva del tiempo sé que no me he equivocado y he hecho lo que tenía que hacer. A partir de esta edad, sí conviene empezar a introducir otros alimentos que complementen la leche, para paliar posibles déficits de hierro, pero sobre todo para educar y enseñar a establecer una relación sana con los alimentos, de tal manera que en torno al año, los niñxs sean capaces de comer como lo haría normalmente un adulto. Carlos González dice que “La alimentación complementaria es más una cuestión educacional que nutricional”. Además siempre hay que tener presente que la alimentación complementaria complementa y no sustituye a la leche, que continúa siendo el alimento más completo nutricionalmente y principal hasta el año. Julio Basulto dice que “El concepto alimentación complementaria es uno de los peores entendidos en el ámbito de la alimentación. La mayoría de los mortales, y eso incluye a bastantes profesionales sanitarios, no aciertan a comprender que complementaria no es sinónimo de sustituta”.
Y con estas dos premisas de referencia, hemos empezado a introducir la nueva alimentación.
Seguro que a estas alturas de la película habéis oído hablar del BLW o alimentación regulada por el bebé. Por si no lo sabéis, no es otra cosa que una alimentación libre de papillas y purés autorregulada por el propio bebé. Es decir, él o ella es quien controla qué quiere comer, cuando quiere comer y sobre todo cuanto quiere comer. El adulto lo único que hace es ofrecerle alimentos saludables, siguiendo unas normas de seguridad y respetando la propia autorregulación del niñx. Creo que es un método muy respetuoso para empezar a introducir alimentos y sobre todo ideal para que los niñxs empiecen a establecer una relación sana con la comida.
Es un método que en la teoría es maravilloso y no dudo en absoluto de sus múltiples beneficios, es más creo que tiene muchos. Pero como todo, cada uno tiene que adaptarlo a la realidad de su familia. No podemos aplicar una teoría por muy buena que sea, si en nuestra realidad y circunstancias no encaja bien. En nuestro caso, nos gusta mucho el método, pero lo haremos a nuestra manera y la introducción de los alimentos sólidos lo iremos haciendo poco a poco, al mismo tiempo que daremos purés y papillas. Es decir, haremos lo que llaman por ahí BLW mixto. En el desayuno y la comida daremos purés y papillas y la merienda y cena, experimentaremos con sólidos. ¿Y por qué? Pues básicamente porque trabajamos fuera de casa muchas horas, y son las abuelas quienes se tienen que encargar del desayuno y comida. Primero, no me fio absolutamente de nadie, prefiero que seamos nosotros quienes estemos con la niña cuando le demos los sólidos. Y segundo, las abuelas siempre han dado purés y esperan hacer lo mismo ahora. No puedo obligarlas a hacer algo con lo que no se sienten cómodas. Bastante tienen con la responsabilidad de quedarse con mi niña todos los días. No quiero que el momento de la comida sea de tensión, temor y peligro. Prefiero que sea tranquilo, seguro y confiado, aunque sea con papillas. Eso si… hemos dado dos premisas que si queremos que cumplan: 1. nunca obligarla a comer. Si no quiere más, no quiere más. Da igual que se haya terminado todo o haya tomado dos cucharadas. Ella sabe lo que quiere y necesita.
2. Darle autonomía con la cuchara. Valeria muestra mucho interés en dirigir ella la cuchara, cogerla y llevársela a la boca. Se pone perdida como es obvio, pero hay que dejarla. Ya sabemos que muchas veces por darle de comer más rápido, ensuciar menos… preferimos dárselo nosotros… pero obviaríamos esa cuestión educacional de la comida de la que hablábamos. Al menos así conseguimos que ensaye la coordinación mano-boca y empiece a familiarizarse con la cuchara.
Vale… y después de todo el rollo… vamos a lo práctico.
Índice de contenidos
¿Cómo hemos empezado?
Hemos ido introduciendo la alimentación por grupos de alimentos, respetando unos tres días entre uno y otro, para ver posibles reacciones alérgicas. al día. Hemos optado por este orden, por hacerlo de alguna manera, pero podríamos haber empezado con las verduras, o los cereales, intercalando con verduras o carne… realmente esto no importa. Lo importante es que mantengamos los tres días entre un alimento y otro para ver las alergias.
Seguimos manteniendo la leche a demanda y como alimento principal, asegurando un aporte de unos 500 ml. Primero ofrecemos la leche, toma la que quiere y a continuación introducimos los alimentos que correspondan.
FRUTA
Primeramente empezamos a introducir la fruta. Se la dábamos por las tardes o por las mediodías, indistintamente, siempre que hubiera oportunidad. En forma de palitos o chafada, para que ella pudiera cogerla con las manos o bien tomarla con las precucharas de aprendizaje que compramos. Ya hemos probado casi todas las frutas que solemos comer en casa… la naranja, sandía, plátano, pera, manzana, melón, aguacate. Nos encanta, pringarlos las manos, el pelo, refregarnos las manos en la cara… cuando terminamos de comer vamos directas al baño!! Pero y lo bien que nos lo pasamos.
CEREALES
Seguidamente introducimos los cereales en el desayuno. Empezado a introducir algo de cereal sin gluten. Una de las formas de hacerlo siguiendo el método BLW es por ejemplo en arroz o pasta. O en forma de tostadas de pan o cereales en copos (sin azúcares ni añadidos raros), si ya hemos introducido el gluten. De momento no hemos probado, pero no tardaremos. Como de esta comida se encargan las abuelas, hemos optado por prepararle una papilla de cereales. Pero me he negado en rotundo a comprar los cereales “para bebés” que venden tipo 8 cereales con miel y sin azúcares añadidos. Porque os aseguro que de lo que más traen es azúcar. Os prepararé un post para interpretar el etiquetado de los productos, y hacernos consciente de lo que realmente le estamos dando a nuestros niños. Así que empecé una búsqueda de marcas que realmente no tuvieran azúcares ni muchos añadidos y que fueran saludables. Hay varias marcas de hecho, un poco más caras, pero que a mí me merecen la pena. He empezado probando la marca HIPP, que además ya la venden en Carrefour. Contienen cereales biológicos integrales. No tienen apenas azucares ni sal, ambos prohibidos en la alimentación infantil. Apenas un 0.03 que no equivale a nada. Mi idea es que, según la niña vaya siendo más mayor, y las abuelas vayan cogiendo más seguridad, ir sustituyendo las papillas de cereal por tortitas o tostadas de aceite, con algo de fruta y leche. Pasado unos días y al ver que los toleraba bien. Empezamos a introducir el gluten. Y ahora estamos combinando ambos. La celiaquía me daba especialmente miedo porque en mi familia hay antecedentes, pero de momento no hemos notada nada raro.
VERDURAS
A continuación empezamos con las verduras. Empezamos a introducir la patata, zanahoria, calabacín, calabaza… todo al vapor. Cuando ya habíamos probado las suficientes verduras… preparamos el puré del medio día, intercalando las diferentes verduras. Aún nos falta introducir muchas como el brócoli o la coliflor, que al tener forma de arbolito lo gestionan bien…
CARNE Y PESCADO
Una vez teníamos introducidas algunas verduras, hemos introducido la carne en los purés de mediodía. Esto ha sido este fin de semana, por lo que aún no hemos probado a dársela entera, pero no tardaremos en hacerlo en forma de hamburguesas o albóndigas que se gestionan mejor. El pescado aún no lo hemos probado, pero empezaremos con pescados blancos.
Como veis, vamos poco a poco, sin prisas pero sin pausa. Cada día es un aprendizaje para nosotros. Yo estoy haciendo una autoterapia con el tema de no obligar y confiar. A mí siempre me han obligado a comer. Recuerdo un plato de arroz que me guardó mi madre en un horno que parece que estoy viendo ahora mismo. Que no lo quise para comer, pues para cenar, que no, para desayunar… así hasta que me lo comí. Recuerdo que me gustaba ir a casa de mi abuela porque ella me ponía menos cantidad de comida y si no me la terminaba, pues no pasaba nada… y ahora me cuesta no reproducir los mismos patrones con mi hija, confiar en ella y convencerme de que solo ella sabe lo que necesita. Pero lo intento!! Me hago consciente cada día y lo intento!! Aunque siempre me acecha la preocupación de si estará comiendo lo suficiente… #cosasdemadres
Y vosotras… ¿Cómo vais con la AC? ¿Conocíais el método BLW? ¿Seguís las indicaciones de vuestro pediatra o vais por libres? Contarme vuestras experiencias!!
Abrazos amoroso
Con Hugo el tema papillas es imposible. A ver como hago si tiene que ir a la guarde antes del año que viene!! Las escupe y no hay manera.
Mi madre si está ella sola con el peque también tiene algo de miedo a darle en trocitos pero si estoy yo se anima y poco a poco va viendo que no pasa nada así que seguro que algún día se lanza hihi, Yo por si a caso ya le he hablado de las maniobras para casos de atragantamientos.
Me alegro de que os vaya tan bien!! Seguro que la nena está preciosa!!
Un beso!
Está claro que son ellos quienes mandan!!Genial que tu madre se vaya animando. Yo ni lo intento!! Y ya bastante que se quedan con ellas para ponerlas en una situación que no controlan…además que no me fio que coño!! jaja Te das cuenta que al final pormucho que quieras hacer o muchas ideas previas que tengas… tienes que adaptarte a tus circuntancias. Y lo de la guarde de Hugo… preocupate llegado el momento, según vayas viendo al niño y las normas de la guarde!! Un besazoo
Pingback: [SELLO DE CALIDAD MADRESFERA] Probamos HERO SOLO BABY – CRECIENDO Y CRIANDO