Índice de contenidos
Imagina la escena…
En plena cena de nochebuena, vuestro hijx (2-3 años) está cansado, tiene sueño, hiper estimulado con las luces, con los ruidos, los petardos, la abuela cantando y el tío tocando la zambomba…
Quiere que le demos un trozo de chocolate, pero ya ha comido demasiado y le decimos que no, que no es bueno para su salud. De pronto estalla en llanto, porque quiere chocolate, y lo quiere ya! Empieza a patalear, se tira al suelo… Se hace el silencio y tú sientes que todas las miradas se clavan en tu espalda. Empiezan los comentarios…
La abuela, “venga cariño, que no pasa nada. Ven yo te doy un trozo de chocolate”. La tía, “no llores mi amor que te pones muy feo”. El abuelo. “Menuda tontería, por trozo de chocolate, anda levantarte, que pareces un niño pequeño”. La vecina del 5º. “Si es que los niños de ahora están mimadísimos. Hacen con los padres lo que quieren. Mano dura es lo que hace falta”. Y tú, en ese momento no sabes ni dónde meterte.
¿Te suena de algo?
Lo que le ha pasado a tu niño es conocido popularmente como RABIETAS y en navidades son muy típicas ¿Por qué? Por todo lo que ya hemos venido hablando. Alteramos ritmos y rutinas, estamos con otras personas, no descansamos igual, los niños están hiper estimulados, nosotras vamos de estrés hasta arriba, estrés que le transmitimos a nuestros hijos… y todo esto es un caldo de cultivo para que re produzcan. Pero vayamos por partes.
¿Que son las rabietas y porqué se producen?
Si tu niñx tiene entre 2-3 años, quizás este tipo de escenas te resulte cotidiana. Es una etapa en la suele ocurrir lo que denominamos RABIETAS. Para empezar ya de por sí, el término no me gusta. Tienen una connotación despectiva, como si lo que le pasara al niño fuera una tontería, algo sin importancia. Y nada más lejos de la realidad.
Una rabieta es la expresión emocional de la rabia, del enfado, tristeza… de manera intensa. Es su forma de comunicarnos lo que le ocurre, su malestar, su enfado. Porque aún no tienen otras herramientas para hacerlo.
El nacimiento de su YO.
En esta etapa de su desarrollo, son pura emoción, lo que sienten es puro, intenso. Lo sienten aquí y ahora. Ahora siento rabia, y a los cinco minutos, una alegría desbordante… No te manipula, ni se ríe de ti, ni te está buscando las vueltas. Sus emociones en esta etapa son así. Ya que aún no están mediadas por su cerebro racional.
Tampoco puede racionalizarlas, ni ponerle nombre. Es emoción pura y no sabe lo que le pasa. Tampoco nos manipula, ni nos engaña. Su cerebro, en pleno desarrollo, hasta los 3 años, a veces incluso hasta los 5 es incapaz fisiológicamente de ponerse en el lugar del otro, de comprender que el otro es una persona diferente, por tanto es incapaz de manipular, engañar… Y si más adelante lo hacen, probablemente sea por imitación de los adultos.
Están en una fase egocéntrica, donde todo su mundo gira en torno a ellos. Son el centro del universo, todo lo que ocurre a su alrededor es por y para ellos. Todo es suyo.
Hasta ahora, han vivido dependiendo de la mamá. Sintiéndose un todo formado por la diada mamá-bebé. En torno a los dos años, empiezan a construir su propio YO. Empieza una separación progresiva y a darse cuenta que son personas diferentes a mamá, a papá… que piensan cosas diferente. Que a veces no están de acuerdo con ellos, que tienen sus propios gustos… Y no entienden por qué le dicen tantas veces que NO. Y porqué son rechazados por los demás, porqué le castigan, le ignoran y le gritan cuando se siente así de mal. Es la etapa del NO. El No es la negación del otro y es lo que le diferencia del resto. Se reafirma negando a los demás, y esto es importante que pase.
¿Por qué nos molestan tanto las rabietas?
Es una etapa del desarrollo que solemos ver de forma muy negativa.
Nos molesta la rabia del niño, debido a nuestras propias carencias emocionales. A nosotros tampoco nos han dejado expresarla. Nos han transmitido el mensaje de que hay emociones buenas y malas. Las malas (miedo, tristeza, rabia, enfado… hay que reprimirlas y ocultarlas). ¿Qué hace un adulto cuando llora en público? Probablemente lo primero sea pedir perdón.
Continuamente estamos lanzando el mismo mensaje al niño “que feo cuando lloras” “no llores no pasa nada”. Cuando se siente así, produce rechazo en los demás, le gritan, le ignoran, le castigan…
Para tu tranquilidad, te digo que es una etapa saludable. Es una buena señal que el niño tenga rabietas, que se enfade, que muestre su tristeza. Esto implica que está en contacto con lo que siente, son sus emociones, que está construyendo su YO y se está reafirmando como persona independiente.
Que es duro para nosotros?? Mucho. A veces no tenemos recursos para gestionar este momento, nos sentimos juzgadas, evaluadas, tachadas de mala madre… sobre todo cuando se dan en público. Es por ello que a continuación quiero darte una serie de estrategias que pueden ser de utilidad para gestionar estos momentos.
¿Qué NO hacer ante una rabieta?
Ya hemos dicho que la rabieta es la expresión emocional de un malestar, enfado. Es la forma primitiva que tienen nuestros hijos de comunicarnos que tienen malestar.
Imaginaros que nosotras llegamos del trabajo, estamos muy cansadas, hemos tenido un día de mierda, el jefe nos ha echado la bronca y hemos discutido con un compañero… Llegamos a casa y empezamos a contarle a nuestra pareja lo que nos pasa, cómo nos sentimos. Y su respuesta es… “no pasa nada cariño, menuda tontería. Y por eso estas así?”. “Hasta que no te calmes un poco no te voy a escuchar”. “Me voy a la otra habitación y cuando se te pase el enfado, hablamos”. “Como estás enfada hoy no hay cena especial”, etc.
¿Cómo te sentirías? Pues los niños se sienten exactamente igual cuando:
-Ignoramos su rabieta:“cuando te calmes vuelvo” “Hasta que no te calles no te hablo”.
-Cuando les rechazamos y castigamos. “O te calmas o te quedas sin salir al parque”. Les lanzamos el mensaje de que para ser aceptados tienen que reprimir lo que sienten.
–Minimizamos lo que sienten. “no pasa nada, no llores por esa tontería”. Para tu hijx que se le haya perdido el brazo a un playmovil es lo más importante del mundo. Recuerda que no piensan ni sienten ni tienen los mismos intereses que tú, pero no por ello son menos importantes.
–Le chantajeamos. “Si te calmas te doy una chocolatina”. Aprenden a reprimir lo que sienten y un patrón de conducta para solucionar sus problemas. Me enfado, me atiborro de chocolate ¿Quién no ha hecho eso alguna vez?
Actuar así, rompe el vínculo y la confianza que teníamos en mamá. No nos ayuda a sentirnos mejor. Todo lo contrario. Les lanzamos el mensaje de que lo que sienten es malo y que por eso dejamos de quererlos (aunque la realidad no sea esa) y dejaremos de estar disponibles cada vez que se sienta así. En el niño aparece al culpa porque no puede evitar lo que siente… y la forma que tiene de defenderse es reprimiendo lo que siente.
Qué SI hacer ante una rabieta
-Es importante que PERMITAMOS A LOS NIÑOS SENTIR, EXPRESAR SUS EMOCIONES.
– Interiorizar que no existen emociones buenas o malas y transmitírselo. Que todas son iguales de válidas. ¿Le decimos alguna vez al niño, “aayy cariño, deja de estar tan alegre ya! Como sigas tan contento, te quedas sin parque.” La tristeza o la rabia es tan válida como la alegría. Y debemos permitir su expresión de la misma manera.
–Mirar nuestro propio nivel de estrés. Si vamos a tope, corriendo, gritando, con ruidos.. trasladamos ese estrés a nuestros hijos y es mas fácil que las rabietas se desencadenen.
–Anticiparnos a la rabieta, antes de que se produzca. Si sabemos que yendo a una tienda de golosinas, va a querer una chocolatina, y no se la podemos dar. Evitemos ir a la tienda de golosinas y pasar delante de ellas.
– Jugar. Es el lenguaje infantil por excelencia. Es la mejor forma que tenemos de conectar con nuestros niños, de llegar a su mundo de fantasía e imaginación.
– Perder el miedo a la rabia. Los niños tienen tensión acumulada que necesitan descargar. No se volverán unos tiranos, ni se nos subirán a la chepa, ni harán siempre lo que quieran. Con nuestro ejemplo aprenderán a gestionar sus emociones y a expresarlas de otra forma. Esta es una etapa, que si permitimos vivirla, pasa.
–Imaginarnos en una burbuja cuando la rabieta se de en público. Ponerte esos tapones que te recomendé que te compraras. Imagina que solo estáis tu hijo y tu y céntrate en él. Es quien verdaeramente te necesita.
– Dejarle claro un mensaje. Siempre siempre siempre estaremos ahí, incondicionalmente. Y siempre siempre siempre le vamos a querer. Que no pasa nada por llorar, ni por sentir rabia, ni enfado. Tiene todo el derecho del mundo a sentirse así, y nosotras estaremos siempre ahí, acompañándolos.
– Acompañar sus emociones. Estar disponible, con nuestra presencia, abrazando si el niño nos lo permite, mostrar cercanía física y emocional. No significa darle todo lo que pidan. A veces no vamos a poder darle esa chocolatina que quieren o comprarle ese juguete que tanto les gusta. Pero es normal que esté enfado por ello y debemos acompañarlo en ese enfado. “Ya se que te encanta el chocolate cariño, pero no puedo darte. Lleva mucha azúcar y no es saludable para ti”
–Verbalizar lo que siente: Estas enfadado, triste, porque estas cansado, se te ha roto el muñeco o quieres esa chocolatina…
–Ponerse a su altura. Agacharnos, mirarle a los ojos. Contactar físicamente con él.
“Las rabietas de nuestros hijos son un regalo. La oportunidad de enseñarles que estamos ahí y de que reconozcan sus emociones”
-Laura Perales Bermejo-
Contarme vuestras experiencias!
Puedes compartir tus fotos en el grupo privado de facebook y en instagram con el hastag #disfrutandolanavidadconniños
Si te ha gustado el artículo, también te invito a que lo compartas y me dejes tus comentarios. Puedes seguir mis publicaciones en Instagram, Facebook y Twitter. También puedes suscribirte en la web para no perderte nada!
MI CURSO “JUEGOS Y MATERIALES DIY DE INSPIRACIÓN MONTESSORI, WALDORF Y REGGIO EMILIA” DISPONIBLE EN RED EDUCATIVA
Muchas gracias por tu valioso tiempo!
Ana Isa <3
Muchas gracias por tu valioso tiempo!
Ana Isa <3
Me encantó su mensaje. Si leyéramos esto continuamente, esta etapa sería de crecimiento para todos y tendríamos mejores hijos. Considero que la clave, es como usted opina, no tomar en cuenta el qué dirán, y concentrarnos en ese ser, que en ese momento está expresando lo que siente. Gracias por compartirlo con nosotros.
Así Es Rosa! Gracias a ti por leer! Un abrazo