Hoy tenemos el placer de contar en nuestro blog con la colaboracion de Ely Molina, maestra de Educación Infantil, (casi) trimadre y al frente de los proyectos Mamá de día y de noche y Educar en Calma, con el que pretende acercar el concepto de “Slow Life” a la educación. Es desde la calma, que hoy nos viene a contar un tema que seguro resulta de tu interés: la llegada de un hermanito o hermanita a la familia. Os dejo con Ely, que tiene mucho que contarnos!
Ampliar la familia es un momento de alegría casi para todos. Y digo casi para todos porque no siempre nuestros hijos están “preparados” para afrontar este momento especial.
Hay muchos factores que van a influir en que nuestros pequeños acepten al nuevo miembro de la familia y puede ser un momento de estrés para los padres.
Por eso, en el artículo, quiero daros unos consejos para que la familia no pierda la calma y continuemos con naturalidad y entusiasmo la llegada del hermanito o hermanita.
El amor de los padres, infinito
Cuando tenemos a nuestro primer hijo en brazos el mundo entero es maravilloso. Lo miramos y nos admiramos del profundo amor que podemos llegar a sentir por él.
Es posible que pensemos que, como al primero, no podremos volver a querer a ningún hijo más.
De hecho, es frecuente que, en los días previos al parto, las madres tengan serias dudas sobre si podrán querer a su nuevo vástago como quieren al primogénito.
Así que el primer consejo es para los padres: no os preocupéis, como decía el gran Antoine de Saint Exupery -autor de “El Principito”- “El amor es lo único que crece cuando se reparte”.
Los vais a querer a todos, sin duda. Da igual que tengáis dos que cinco que quince. Cada hijo será único pero vuestro amor y cariño, será incondicional.
¿Por qué causa tanto estrés en los niños tener un hermano?
Tener un hermano no es fácil, sobre todo, porque lo normal es que, si solo tenemos un hijo, éste no sabe cómo es eso de ser “hermano mayor”.
Además, hay un miedo que, en muchas ocasiones, viene por parte de amigos y familiares que, ante la noticia del embarazo, comienzan con frases que poco o nada ayudan al pequeño del tipo:
- “Ay, pobre, qué pronto lo vais a hacer mayor”
- “Pues ya se te ha acabado el chollo, amigo”
- “Anda que no lo va a notar”
- “¿Vas a cuidar a tu hermanito/a?”
- “Tu hermanito/a necesitará a mamá y a papá”
Es una presión innecesaria y que vaticina los peores presagios, haciendo que los niños estén en “estado de alerta” porque el miedo más profundo que siente un niño es perder el cariño de sus padres.
¿Os imagináis la situación si vuestra pareja os dijera que tenéis que compartirlo con otra mujer diferente y que tenéis que explicarle cosas, enseñarle, tratarla fenomenal y, además, que es posible que él no os pueda hacer tanto caso?
No sé vosotras, pero a mí, así de primeras, no me gustaría nada.
La realidad, afortunadamente, es que poco tiene que ver la poligamia con la llegada de un hermano/a, aunque para que nos hagamos una idea, todos y todas al leer esto, seguro que hemos empatizado más con nuestros hijos.
¿Qué podemos hacer como padres?
Lo que los padres podemos vivir el embarazo con naturalidad, hablado sobre la llegada del bebé y lo que supondrá tener un bebé al principio, que es cuando solo duermen, comen y apenas interactúan.
Con la llegada del bebé a casa, todos necesitaréis un tiempo para reajustaros a los nuevos roles. Los celos, si llegan desde el principio, son normales y, si llegan más adelante, también son normales. No son algo patológico ni malo, es una forma de expresar emociones que no siempre saben gestionar los niños.
Por otro lado, los padres podemos avisar a las visitas y recordarles que el bebé no recordará esos primeros momentos de atenciones mientras que nuestro hijo mayor sí, así que no pasa nada si también le hacen caso.
Por supuesto, nosotros debemos estar pendientes de ellos, atenderlos, cuidarlos y reforzarlos. La llegada de un bebé no hará que los queramos menos, pero eso hay que demostrárselo cada día en cada gesto.
Personalmente siempre me he apoyado en los cuentos para trabajar emociones y situaciones que se pueden presentar. Entre mis favoritos están:
- Laura y la tripita de mamá. Liesbet Slegers. Edelvives. Laura tiene que esperar para conocer a su hermanito o hermanita, pero algo está creciendo en la barriga de su mamá. Para trabajar la paciencia durante el embarazo, que nueve meses se hacen largo, ¿verdad?
- El niño nuevo. Lauren Child. Editorial Juventud. Ser hermano mayor no siempre es fácil, sobre todo cuando hay un niño nuevo que quiere apoderarse de tus cosas. Aunque quizá también tiene cosas positivas, ¿no?
- Todos sois mis favoritos. Sam McBratney. Kókinos. Cuando hay más hermanos puede suceder que los niños se pregunten cuál es el favorito de los padres o a cuál de ellos quieren más. ¿Cómo les explicamos que todos son nuestros favoritos?
Consejo final
Lo mejor para afrontar la llegada de un hermanito o hermanita es tratar el tema con naturalidad. En el fondo, los padres tenemos hijos pensando que es lo mejor para ellos, que cuando no estemos en este mundo, al menos, se tendrán entre ellos, y que las infancias son más plenas cuando tienes un hermano o hermana con quien compartir experiencias de vida.
Disfrutad del momento, seguro que luego es más sencillo de lo que en principio esperáis. Mantened la calma en los momentos más tensos y queredlos, queredlos mucho a todos. Aunque eso es algo que ya hacéis.
Un abrazo y gracias por estar ahí,
Ely