Crónica de mi parto inducido (Parte 1) 16

Hoy día de Reyes quiero compartir con vosotrxs uno de los post más especiales que voy a escribir jamás. He recibido el regalo más maravilloso que la vida puede darme… Valeria! Ya os anuncié en mi cuenta de IG de su nacimiento, el pasado día 30 de diciembre… si!! Nos comimos las uvas en el hospital, pero aún así fue un momento de lo más mágico.

Mi fecha probable de parto era el 11 de enero y la esperábamos para después de Reyes pero los acontecimientos se precipitaron y de qué manera!

Digo que este post sin duda es uno de los más especiales que voy a escribir, no solo por la noticia en sí sino porque implica recordar ese momento en el que mi bebé llegó al mundo. Os puedo asegurar que es el momento más maravilloso que he vivido jamás. Quiero dejarlo por escrito porque no quisiera que se me olvidara nunca… y eso que tengo muchísimas lagunas de aquellas horas, horas en las que perdí por completo la noción del tiempo, horas en las que no atendía a nada de lo que me decían, horas en las que apagué por completo mi mente racional y me entregué al momento que estaba viviendo, sin importarme nada más. Ya había escuchado que en el momento del parto te transformas, que dejas de ser tú para convertirte en una leona luchando por darle la vida a su cría… y de verdad os juro que es así!! Hubo muchas cosas de las que no fui consciente y ha sido PapaLittle el encargado de contármelas… y ahora quiero compartirlas con vosotrxs.

Todo empieza el pasado día 28 de diciembre. Tenía mi primera cita con monitores, después haríamos una ecografía y finalmente consulta con el gine para ver todos los resultados. Iba especialmente nerviosa pues ya veníamos viendo en las últimas ecos que Valeria estaba creciendo poquito y de forma asimétrica. Le habían diagnosticado un Crecimiento Intrauterino Retardado (Bebé CIR). Me asustaba un montón que me dijeran que todo seguía igual, que a pesar del reposo, el aumento de las proteínas en la dieta… su crecimiento siguiera siendo menor de lo esperado. Y mi sospechas se confirmaron! Mi ginecólogo habitual no estaba, y en su lugar fue una ginecóloga, a la que no había visto nunca, la que se encargó de darme la noticia. Valeria seguía sin crecer, el doppler había salido alterado y nos indicaba que había sufrimiento fetal. Habíamos llegado a la semana 38, Valeria era un bebé a término y ya no estaba agustito dentro de mí. Lo mejor era inducir el parto…

De repente mi mundo y mis esquemas se vienen abajo. Inducción me sonó a medicalización, antinatural, provocar algo para lo que mi bebita aún no estaba preparada, riesgos, intervención, cesárea…mi Plan de Parto se hizo añicos.  Me propuso ingresar esa misma mañana y empezar el tratamiento para provocar las contracciones y que el parto empezara a desencadenarse (Podría durar hasta tres días).  Pero no quise ingresar aquella mañana, quería una segunda opinión, quería hablar con alguien que me transmitiese la confianza y serenidad que aquella doctora no había sabido hacer. Entonces pensé en mi matrona, que siempre nos había dicho que las puertas de su consulta estaban abiertas. Necesitaba que alguien me dijera que era la única opción, que era lo mejor para la bebé, para así convencerme y aceptar que mi parto sería provocado…

Así fue… Valeria nos estaba mandando señales de que no estaba bien, y lo mejor es que continuara su crecimiento fuera de mi cuerpo. Pasé toda la noche en vela, pensando en lo que me esperaba. Nerviosa, pero tranquila al mismo tiempo porque de lo malo malo, sabía que en un máximo de tres días iba a poder abrazar a mi bebé. Me pasé la noche acariciando mi pancita, despidiéndome de ella, pero sobre todo cruzando los dedos para que no le pasara nada, para que todo saliera bien y fuera una niña sanita…

El día 29 a las 09.00 horas ingresamos en el hospital…

(Continuará…)

Por cierto…espero que os hayan traído muchas cositas los reyes.

Abrazos amorosos